Cheesecake con chocolate

Señoras y señores, tengo el placer de presentarles... ¡¡mi primer cheesecake!! Ya os digo ahora mismo que no será el último. Madre mía, ¿como he podido tardar tanto en hacer uno?


Cuando voy a comer, si no pido algo de chocolate, el cheesecake es siempre mi primera opción. Pero a pesar de haber comido muchos en mi vida, no me había aventurado a hacerlo yo misma. Hasta ahora. Creo que es uno de los postres más fáciles y más ricos de hacer. Aunque el tiempo de elaboración es largo, la mayoría del rato es tiempo de reposos y horneado, así que nos permite ir haciendo otras cosas mientras preparamos el cheesecake. Además, aguanta muy bien en la nevera y es ideal (casi obligado) para hacerlo de un día para otro. La receta está basada en esta del blog Bake at 350.


CHEESECAKE CON CHOCOLATE

Ingredientes:

  Para la base:
  • 130 gr de galletas digestive trituradas
  • 35 gr de cacao en polvo sin azúcar
  • 75 gr de azúcar
  • 75 gr de mantequilla
  Para el cheesecake:
  • 240 gr de queso para untar (tipo Philadelphia)
  • 400 gr de leche condensada
  • 3 huevos a temperatura ambiente
  • 2 teaspoon de extracto de vainilla
  • 5 gr de harina
  Para la cobertura:
  • 200 ml de nata para montar
  • 200 gr de chocolate 50% cacao mínimo
Engrasamos un molde desmoldable de 20-22 cm con spray, cubriendo la base con papel de horno. Fundimos la mantequilla en el microondas o al baño maría con cuidado que no se queme, y la mezclamos bien con el azúcar, las galletas y el cacao. Cubrimos con esta mezcla la base del molde, presionando bien toda la superficie. Dejamos reposar en la nevera un ratito.

Precalentamos el horno a 150º.

Para preparar la tarta de queso en sí, batimos un poco la crema de queso, añadimos la leche condensada poco a poco, sin dejar de batir. Añadimos los huevos, de uno en uno y la vainilla, hasta que estén integrados. Finalmente añadimos la harina.

Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante una hora. Pasado este tiempo, apagamos el horno y dejamos la tarta dentro durante una hora más. Como cada horno es un mundo, y la repostería no es una ciencia exacta, id controlando la tarta durante el reposo con el horno apagado, ya que si os pasáis de tiempo se encogerá y se separará de los bordes. Así que si después de, por ejemplo, 45 minutos, veis que la tarta se empieza a despegar del molde, podéis sacarla ya.

Una vez fuera del horno, esperad a que se enfríe del todo antes de meterlo en la nevera. Refrigerar durante dos horas como mínimo.

Mientras se enfría la tarta, preparamos la cobertura. Calentamos la nata y añadimos el chococlate en trocitos. removemos hasta que esté completamente integrado. Dejamos enfríar completamente antes de ponerlo sobre la tarta.


Comentarios