¿No os pasa que a veces os ponéis a hornear cupcakes y luego os sobran? ¿O decidís no decorarlos todos y guardar algunos como magdalenas? A mi me pasó con los cupcakes de turrón, y juntándolo con mis ganas de experimentar con el fondant, decidí hacer una mini tarta de tres pisos a base de cupcakes, y decorarla cual árbol de Navidad (hace años que no nos atrevemos a montar el árbol por miedo a que Sidney, nuestra peluda labradora, le dé por jugar demasiado con el árbol, las bolas o las guirnaldas y acabe todo el invento en el suelo)

Tengo que decir que la textura y consistencia de estos cupcakes no es ni de lejos la ideal para este tipo de inventos, ya que eran muy blanditos y a la mínima presión se deforman. A parte, no he usado el fondant Sodifer que tan buenos resultados da porque quiero terminar primero el de Regal Ice que tengo abierto, y claro, no es lo mismo cubrir con uno que con otro. Aunque no le voy a echar toda la culpa al fondant, que tampoco es que me esmerase mucho para conseguir un resultado perfecto y me dediqué más a jugar.
Y para rematar, estrené mi primer bote de purpurina comestible Rainbow Dust, con lo que el juego ya fue completo... Vamos, que me lo pasé pipa, ¡como una niña pequeña! El diseño final no es que sea gran cosa, pero teniendo en cuenta que está hecho sobre la marcha (ahora pongo una estrella aquí, ahora un copo de nieve allí...) aún ha quedado resultón. ¿Os animáis a reciclar unos cupcakes?
Comentarios
Publicar un comentario
Muchas gracias por dejar un comentario! Me hace mucha ilusión leerlos y saber vuestra opinión!!